martes, 28 de abril de 2009

El verso treinta


30
El ego cae, abatido, cuando uno indaga «¿Quién soy yo?» y entra en el Corazón. Entonces otro, «yo—yo», late incesantemente, por sí mismo. No es el ego sino el Sí mismo mismo, el todo.


En el verso 30, Bhagavan explica lo que acontece cuando el ego se sumerge en el Corazón —simultáneamente, una sensación de «yo» incesante y feliz se hace patente. No es el ego. Puesto que la sensación es continua, se describe como «yo—yo». Es la forma del Sí mismo, completo y auto-luminoso. «Es un incesante relámpago de Consciencia de “yo”; por así decir, puedes ser consciente de ella, sentirla, escucharla, saborearla; eso es Aham spoorthi».
"ULLADU NARPADU" los CUARENTA VERSOS, con el comentario de Suami SUARUPANANDA.,


30
Por lo tanto, cuando la mente obtiene el Corazón escudriñando interiormente «¿quién soy yo?» de la manera citada anteriormente y cuando él, que es el «yo», (el ego o mente, que surge en la forma «yo soy el cuerpo») muere, la única (existencia-consciencia) aparece espontáneamente como «yo-yo». Aunque ella asoma (aparentemente como nueva), no es «yo» (el «yo» surgente o ego); es la Realidad Plena (purna vastu), la Realidad que es el Sí mismo.


Nota: Aunque en el verso 7 de esta obra Sri Bhagavan dijo que la Realidad es eso que brilla sin aparecer ni desaparecer, en este verso Él dice que cuando el ego muere algo aparece espontáneamente como «yo-yo». Por lo tanto, para aclarar que eso que aparece así como «yo-yo» no es aparte de la Realidad descrita en el verso 7, Él concluye este verso diciendo: «Aunque ella aparece, no es «yo» (el ego); es la realidad plena, la Realidad que es el Sí mismo». Es decir, lo mismo que solo la cuerda era vista incluso cuando era tomada erróneamente por una serpiente, así también solo la realidad (la existencia-consciencia «yo soy» pura) brilla incluso cuando es tomada erróneamente por el ego (la sensación mezclada de adjuntos «yo soy este cuerpo»); pero lo mismo que la cuerda aparece como nueva cuando la noción ignorante de que es una serpiente es eliminada, así también la realidad «yo soy» aparece cuando la noción ignorante «yo soy este cuerpo» es eliminada
"SRI RAMANOPADESA NOOMALAI (Guirnalda de Tratados de Instrucción Espiritual) ULLADU NARPADU (Los CUARENTA VERSOS), con la nota de Michel JAMES.

Respecto a este magnífico verso hay una aclaración de Sri BHAGAVÁN a Sulaiman Samuel COHEN, en la obra GURÚ RAMANA- Ed. Trompa de Elefante-MAD-2008/pag.113. Cuando éste le pregunta "Según este verso, entiendo que la búsqueda debe comenzar con la mente y no con el corazón".

Sri BHAGAVÁN le responde: "Efectivamente, tiene que comenzar dirigiendo la mente hacia adentro para poner freno a la tromba de pensamientos y para comprender dónde se encuentra el "yo". Cuando la mente termina de asentarse en el Corazón, se siente una dicha apabullante e inalterable. En ese estado, ese sentimiento no está reñido con la Conciencia Pura; es decir la cabeza y el corazón se convierten exactamente en lo mismo".

miércoles, 22 de abril de 2009

La Verdadera Renunciación


80 La Verdadera Renunciación (Turavu Unmai Tiran)

840
Sabe que, más bien que el propio pensar de uno en el corazón «Yo he renunciado a todo», el propio no pensar de uno «Yo estoy limitado a la medida del cuerpo, y estoy atrapado en la miserable esclavitud de la vida de familia», es una renunciación superior.

Sadhu Om: Mientras un sannyas sienta «Yo he renunciado a todo», ¿no está claro que tiene un sentido de identificación con el cuerpo, «Yo soy fulanito», y un sentido de hacedor, «Yo he renunciado»? Por consiguiente, su renunciación no es una renunciación verdadera. Por otra parte, si un hombre de familia no siente «Yo soy un cabeza de familia» o «Yo tengo una familia», ¿no está libre del sentido de «yo» y «mío»? Por consiguiente, solo él es el verdadero renunciante. Así pues, este verso enseña que abandonar el ego, el sentido de «yo», es verdaderamente abandonar todo.


Texto procedente del GURU VACHAKA KOVAI - de Sri MURUGANAR, sobre las enseñanzas de Sat Gurú RAMANA, Ignitus ediciones.

viernes, 17 de abril de 2009

El resultado de la gracia del Maestro


7 de enero de 1935

¿Es necesario un Maestro para la realización? —preguntó primero la señora Piggot.
Maharshi: La realización es el resultado de la gracia del Maestro más que de las enseñanzas, los discursos, la meditación, etc. Éstas son sólo ayudas secundarias, mientras que la gracia es la causa principal y esencial.

Devoto: ¿Cuáles son los obstáculos que impiden la realización del Sí mismo?
M.: Los hábitos de la mente (vasanas).

D.: ¿Cómo vencer los hábitos mentales (vasanas)?
M.: Realizando al Sí mismo.

D.: Eso es un círculo vicioso.
M.: Es el ego el que suscita esas dificultades creando obstáculos, y después sufre la perplejidad de las aparentes paradojas. Encuentre quién hace las preguntas y el Sí mismo será encontrado.

D.: ¿Cuáles son las ayudas para la realización?
M.: Las enseñanzas de las Escrituras y de las almas realizadas.

D.: ¿Pueden ser esas enseñanzas debates, discusiones y meditaciones?
M.: Sí, todas éstas son sólo ayudas secundarias, mientras que lo esencial es la gracia del Maestro.

D.: ¿Cuánto tiempo le llevará a uno obtener eso?
M.: ¿Por qué desea saberlo?

D.: Para darme esperanza.
M.: Ese deseo es un obstáculo. El Sí mismo está siempre aquí, no hay nada sin él.
Sea el Sí mismo, y los deseos y las dudas desaparecerán. Ese Sí mismo es el presenciador en los estados de sueño profundo, de sueño con sueños y de vigilia.
Estos estados pertenecen al ego. El Sí mismo trasciende al ego. ¿No existía usted en el sueño profundo?.
¿Sabía usted entonces que estaba dormido o que no era consciente del mundo? Sólo en el estado de vigilia usted describe la experiencia del sueño profundo como inconsciencia; por consiguiente, la consciencia cuando usted está dormido es la misma que cuando usted está despierto. Si usted sabe qué es esta consciencia de la vigilia, conocerá la consciencia que presencia los tres estados. Esta consciencia puede ser encontrada buscando la consciencia como ella era en el sueño profundo.

D.: En ese caso, me quedo dormido.
M.: ¡No hay mal en ello!

D.: Es un vacío.
M.: ¿Para quién es el vacío? Encuéntrelo. Usted no puede negarse a sí mismo nunca. El Sí mismo es siempre y continúa en todos los estados.

D.: ¿Debo permanecer como si estuviera en el sueño profundo y presenciar al mismo tiempo?
M.: Sí. La presenciación es el estado de vigilia. Por consiguiente, ese estado no será un estado de sueño profundo, sino de sueño profundo sin sueño profundo. Si usted sigue los pasos a sus pensamientos, será extraviado por ellos y se encontrará en un laberinto sin fin.

D.: Así pues, debo retroceder a la fuente de los pensamientos.
M.: Exactamente; de esa manera, los pensamientos desaparecerán y sólo quedará el Sí mismo. De hecho, para el Sí mismo no hay ningún adentro ni ningún afuera. Todo eso son también proyecciones del ego. El Sí mismo es puro y absoluto.

D.: Esto se comprende sólo intelectualmente. ¿No es el intelecto una ayuda para la realización?
M.: Sí, hasta una cierta etapa. Pero aún así, comprenda que el Sí mismo trasciende el
intelecto —el intelecto debe desvanecerse para obtener el Sí mismo.


D.: ¿Ayuda mi realización a otros?
M.: Sí, ciertamente. Es la mejor ayuda posible. Pero no hay ningún otro a quien ayudar. Pues un ser realizado ve el Sí mismo de la misma manera que un orfebre aprecia el oro en diversas joyas. Sólo cuando usted se identifica con el cuerpo, las formas y las figuras están aquí. Pero cuando usted trasciende su cuerpo, los otros desaparecen junto con su consciencia corporal.

D.: ¿Ocurre eso también con las plantas, los árboles, etc.?
M.: ¿Existen ellos aparte del Sí mismo? Averígüelo. Usted piensa que los ve. El pensamiento es proyectado desde su Sí mismo. Encuentre de dónde surge. Los pensamientos cesarán de surgir y sólo quedará el Sí mismo.

D.: Yo comprendo teóricamente. Pero todavía están aquí.
M.: Sí. Es como una función de cine. Hay la luz en la pantalla y las sombras que pasan rápidamente impresionan a la audiencia con la puesta en acto de alguna obra. Similarmente, será también así si en la misma representación se muestra también un público.
El veedor y lo visto estarán entonces sólo en la pantalla. Aplíquese esto a usted mismo.
Usted es la pantalla, el Sí mismo ha creado al ego, el ego tiene sus acrecencias de pensamientos que se muestran como el mundo, los árboles, las plantas, etc., sobre los cuales usted está preguntando. En realidad, todos éstos no son nada sino el Sí mismo. Si usted ve al Sí mismo, encontrará que todo es lo mismo, por todas partes y siempre. No existe nada más que el Sí mismo.


D.: Sí, aunque comprendo sólo teóricamente. Sin embargo, las respuestas son simples, bellas y convincentes.
M.: Incluso el pensamiento, «yo no comprendo» es un obstáculo. De hecho, sólo el Sí mismo ES.

CONVERSACIONES (I) registradas por Sri MUNAGALA S. Venkataramiah (actualmente, Swami RAMANANANDA Saraswati), un discípulo muy antiguo de Sri Ramana Maharshi.

"Como ya se ha indicado, nosotros no somos otro que el Sí mismo siempre; pero, al asociarnos con la ignorancia de la limitación, con un ego, olvidamos al Veedor y nos identificamos con lo visto. ¿Y qué podemos hacer al respecto? Este hábito es muy antiguo. La mente lo ha imaginado nacimiento tras nacimiento, lo ha fabricado siglo tras siglo, y está tan envuelta en la ignorancia, que ahora es renuente, y aunque lo quiera, es casi incapaz de desenredarse de las esclavitudes del mundo ilusorio que ella misma ha creado.
Usted es el Sí mismo, —nos dice él— nada más que el Sí mismo. Todo lo demás es
sólo imaginación. Por lo tanto, SEA el Sí mismo aquí y ahora. No es necesario huir a un bosque ni encerrarse en una habitación; prosiga sus quehaceres básicos, pero libérese de su asociación con el hacedor de ellos. El Sí mismo es el Presenciador, usted es Eso
."

Este último texto procede de la introducción escrita por SADHU ARUNACHALA (el Mayor A. W. Chadwick) 1º de enero de 1955

martes, 14 de abril de 2009

MAHASAMADHI - 14 de abril

El final llegó el 14 de abril de 1950. Esa tarde Sri Bagavan estaba dando darsana a los devotos que llegaron. Todos los presentes en el Asrama sabían que el fin estaba cerca. Se sentaron cantando el himno de Ramana a Arunachala con el estribillo Arunachala-Siva. Sri Bagavan pidió a sus asistentes que le sentaran. Abrió sus ojos luminosos y bondadosos durante un breve espacio de tiempo. Tenía una cierta sonrisa. Una lágrima de felicidad brotó del borde exterior de sus ojos, y a las 8:47 la respiración se detuvo. No hubo ninguna agonía, ningún espasmo, ninguno de los signos de muerte. En ese mismo momento, un cometa se deslizó lentamente por el cielo, alcanzó la cumbre de la colina sagrada, Arunachala, y desapareció tras ella. 

La inmortalidad está reservada solo para aquellos que han muerto a su ego, al sucio y vacío sentido «Yo soy el cuerpo», el cual vela su naturaleza inmortal de Sat-Chit-Ananda, la única Cosa amada. Sadhu Om: Algunos aspirantes extraviados emprenden diferentes tipos de yogas para impedir la muerte del cuerpo o al menos para alargar su vida, en la falsa creencia de que eso es la inmortalidad. Apiadándose de tales gentes, Sri Bhagavan define aquí claramente la verdadera Inmortalidad. 

Debido al engaño de que el forastero cuerpo es «Yo», parecen acontecernos el nacimiento y la muerte. Por consiguiente, la inmortalidad, nuestra verdadera naturaleza, solo es obtenida cuando este engaño es completamente eliminado. Sadhu Om: Nacimiento y Muerte solo acontecen al cuerpo, pero al tomar el cuerpo como «Yo» nosotros sentimos «yo he nacido y yo moriré». Por consiguiente, si nosotros queremos devenir inmortales, solo tenemos que desechar esta ilusoria identificación con el cuerpo, y entonces comprendemos que nosotros somos el Sí mismo Siempre-Innacido y Siempre-Inmortal. 

La muerte no es nada sino el engaño de que «Yo soy el forastero cuerpo», y la Inmortalidad no es nada sino la Felicidad que se obtiene cuando ese engaño muere por medio del conocimiento del Sí mismo no-dual. 

¿Puede ser obtenida la inmortalidad a no ser que el que toma este cuerpo como «Yo» muera como el Sí mismo, habiendo devenido temeroso de la muerte de este cuerpo, y, por consiguiente, habiendo indagado «¿Quién es este yo?»?.

 Sabe y acepta que la Inmortalidad es solo el brillo de la verdadera Claridad [i.e., la pura Consciencia], sin el engaño de las modificaciones mentales. La muerte no puede ser vencida por nada más que esa Pura Consciencia. Sadhu Om: Como la muerte es el resultado de la ignorancia, en este verso se dice que solo puede ser vencida por el Conocimiento, la Pura Consciencia del Sí mismo Textos procedentes de BHAGAVAN RAMANA, biografía de M.P.MAHADEVAN, y GURU VACHAKA KOVAI de Sri MURUGANAR.

martes, 7 de abril de 2009

La visión de DIOS



20. Ver a Dios como aparte del veedor, es sólo una imagen mental,
puesto que Dios no está separado del veedor.
Morar en el equilibrio del Sí mismo
es la verdadera visión de Dios
.

21.Las escrituras declaran «ve al Sí mismo», «ve a Dios».
No es fácil comprender estas ideas.
Al ser Uno el Sí mismo no puede ser visto.
¿Cómo puede uno ver a Dios?, sólo siendo alimento para Él.

22. Dios invisible ilumina la mente y brilla dentro de ella,.
¿Cómo puede uno conocer entonces a Dios a través de la mente?
Sólo volviendo la mente hacia adentro
y fijándola en Él, es tener Su visión.


33. Afirmaciones como «yo no me conozco a mí mismo» o
«yo me conozco a mí mismo», son motivo de risa.
¿Acaso hay dos sí mismos, el veedor y lo visto?
La experiencia de todos es que el Sí mismo es Uno.


La idea del verso 21 se comprende más fácilmente si se lee junto con el verso 33.
La pregunta sería «¿qué se entiende por el Sí mismo?» Si hubiera dos sí mismos, el veedor y lo visto, el problema no surgiría. Sin embargo, el Sí mismo es uno, y él mismo es el veedor y no lo visto. Puesto que el Sí mismo y Dios son idénticos, si uno «ve a Dios», también «ve al Sí mismo». Este «ver» a Dios se obtiene cuando uno se convierte en alimento para Dios, cuando el ego se sumerge en lo Real.

La felicidad de tal unión con Dios es descrita por Ramana así: «Conforme profundizas cada vez más, devienes un mero centro, y después ni siquiera eso, pues te transformas en mera consciencia… es como una inundación; eres tragado vivo, devienes la cosa misma que te traga».

La limitada luz de la mente, derivada ella misma de Dios, no puede comprender a la luz total y omniabarcante. En el verso 22 se aclara que la introversión de la mente es un prerrequisito esencial para la visión de Dios. «Vuélvete y mira dentro, busca siempre al Sí mismo con el “ojo” interno, y lo verás».

De: "ULLADU NARPADU" los CUARENTA VERSOS, con los comentarios de Suami SUARUPANANDA

GRUPO TASIS

INFORMACIÓN sobre el grupo y enlace al mismo https://blog.imx-gp.es/tasis