lunes, 12 de abril de 2010

La REALIDAD del YO

3 de octubre de 1935

78. Un discípulo muy devoto y sencillo había perdido a su único hijo, un niño de tres años de edad. Al día siguiente llegó al Asramam con su familia.

El Maestro habló refiriéndose a ellos: —La instrucción de la mente le ayuda a uno a soportar con coraje los sufrimientos y las aflicciones. Pero se dice que la pérdida de un hijo es la peor de todas las aflicciones. La aflicción sólo existe mientras uno se considera de una forma definida. Si se trasciende la forma, uno sabrá que el Sí mismo único es eterno. No hay ninguna muerte ni nacimiento. Eso que nace es sólo el cuerpo. El cuerpo es la creación del ego. Pero el ego no se percibe ordinariamente sin el cuerpo. El ego está identificado siempre con el cuerpo. Lo que importa es el pensamiento. Que el hombre sensato considere si conocía su cuerpo en el sueño profundo. ¿Por qué lo siente en el estado de vigilia? Sin embargo, aunque el cuerpo no se sentía en el sueño profundo, ¿acaso no existía entonces el Sí mismo? ¿Cómo estaba el Sí mismo en el sueño profundo? ¿Cómo está el Sí mismo cuando despierta? ¿Cuál es la diferencia? El ego surge, y eso es la vigilia. Los pensamientos surgen simultáneamente. Que el hombre encuentre a quién surgen los pensamientos. ¿De dónde surgen? Deben surgir del Sí mismo consciente. El hecho de aprehenderlo, siquiera vagamente, ayuda a la extinción del ego. De ahí en adelante deviene posible la realización de la única Existencia Infinita. En ese estado no hay ningún individuo otro que la Existencia Eterna. De aquí que no haya ningún pensamiento de muerte ni de aflicción.
Si un hombre considera que ha nacido, no puede evitar el miedo de la muerte. Que encuentre si ha nacido o si el Sí mismo tiene nacimiento. Descubrirá que el Sí mismo existe siempre, que el cuerpo que nace se resuelve en pensamiento y que la emergencia del pensamiento es la raíz de todo mal. Encuentre de dónde emergen los pensamientos. Entonces usted morará en el íntimo Sí mismo siempre presente y estará libre de la idea del nacimiento y del miedo de la muerte.

Un discípulo preguntó cómo hacerlo.
BHAGAVAN: Los pensamientos son sólo vasanas (predisposiciones), acumulados en innumerables nacimientos anteriores. Su aniquilación es la meta. El estado libre de vasanas es el estado primordial y el estado de pureza eterno.

D.: Todavía no está claro.
BHAGAVAN: Todo el mundo es consciente del Sí mismo eterno. Cada uno ve morir a muchos, pero, sin embargo, él se cree eterno. Porque ésta es la Verdad. Sin querer, la Verdad natural se afirma a sí misma. El hombre es engañado por la mezcla del Sí mismo consciente con el cuerpo insenciente. Este engaño debe terminar.

D.:¿Cómo acabará?
BHAGAVAN: Eso que nace debe acabar. El engaño es sólo concomitante con el ego. Surge y desaparece. Pero la Realidad nunca surge ni desaparece. Permanece eterna. El maestro que ha realizado lo dice; el discípulo escucha, piensa en las palabras y realiza al Sí mismo. Hay dos maneras de expresarlo.
El Sí mismo siempre presente no necesita ningún esfuerzo para ser realizado, la Realización ya está aquí. Sólo la ilusión ha de ser eliminada. Algunos dicen que la palabra de boca del Maestro la elimina instantáneamente. Otros dicen que la meditación, etc., son necesarios para la realización. Ambas cosas son ciertas; sólo difieren los puntos de vista
.

D.: ¿Hay necesidad de Dhyana?

BHAGAVAN: Las Upanishads dicen que incluso la Tierra está en Dhyana eterna.

D.: ¿Cómo ayuda el Karma? ¿No se sumará a la ya pesada carga que hay que eliminar?
BHAGAVAN: El Karma que se hace desinteresadamente purifica a la mente y ayuda a fijarla en la meditación.

D.: ¿Y qué ocurre si uno medita incesantemente sin Karma?
BHAGAVAN: Trate de hacerlo y vea. Los vasanas no le dejarán hacerlo. Dhyana viene sólo paso a paso con el despertar gradual de los vasanas por la Gracia del Maestro.

(Conversaciones con BHAGAVAN Sri RAMANA MAHARSHI,TOMO I, 78- pp. 81-82)

GRUPO TASIS

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