miércoles, 5 de octubre de 2011

El SILENCIO


El silencio es como la madre, el útero de la persona, puesto que sólo desde él recibe vida que es comunicación. [...] Este fundamental silencio que trae en si la soledad de la persona y que la hace ser ella misma, es la fuente y la condición absoluta por que viva y se deje fecundar por otras formas de silencio, todas ellas nacidas de este fondo único de la persona. Desde allá cobra o recupera una aptitud de percibir el mensaje de todo el que lo rodea: la capacidad para escuchar, escuchar el silencio del mar, de las montañas, de una flor, del viento y de las nubes, su mirada y su oído se hacen permeables al silencio sonoro de la naturaleza, portada a su más alta expresión en el hermano. Así descubre el ritmo entre el silencio y la palabra, entre soledad y comunión en el universo donde ella existe y en el universo que ella misma es.

Texto procedente de El rostro femenino de Dios, de Cristina Kaufmann, editado por Desclée de Brouwer, 1997. p.95. De la veu "silenci" en el Diccionari Teològic de la Vida consagrada. Publicacions Claretianes, 1989

 

La paz es silencio. El silencio es la lengua del corazón. El silencio es la lengua del sabio.
El silencio es el sustrato del cuerpo, de la mente, de la energía y de los sentidos. Es la clave de este universo sensorial. La paz que sobrepasa todo entendimiento. La meta de tu vida. Detrás de todos los ruidos y sonidos se halla el silencio, que es tu alma interna y tu experiencia intuitiva.
Cuando el corazón se siente pleno, cuando experimentas una gran alegría, hay silencio.
No existe ningún bálsamo curativo mejor que el silencio para quienes se sienten heridos en su corazón por fracasos, decepciones y pérdidas. No existe ningún sedante mejor que el silencio para quienes padecen de nervios debido a la intensidad de la vida. En el sueño profundo te pones en contacto directo con este silencio maravilloso.

Swami Sivananda

GRUPO TASIS

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