De forma provisional se pueden señalar estas 10 tendencias morbosas en el camino espiritual, que nos separan de este y que en algunas ocasiones son verdaderos escollos insalvables a superar por el buscador que se considera comprometido consigo mismo, pero a menudo cuesta dejar de lado el autoengaño que ello comporta.
1. Espiritualidad de Comida Rápida:
Mezclar
la espiritualidad con una cultura que celebra la velocidad, la
multitarea y la gratificación instantánea y el resultado es probable que
sea espiritualidad de comida rápida. La espiritualidad de comida rápida
es un producto de la fantasía común y comprensible que el alivio del
sufrimiento de nuestra condición humana puede ser rápido y fácil. Una
cosa es clara: la transformación espiritual no se puede tener en una
solución rápida.
2. La espiritualidad de imitación:
La
espiritualidad de imitación es la tendencia a hablar, vestirse y actuar
como nos imaginamos que una persona espiritual, lo haría. Se trata de
un tipo de espiritualidad que imita la realización espiritual en la
forma en que la tela de piel de leopardo imita a la piel real de un
leopardo.
3. Motivaciones confusas:
A
pesar de que nuestro deseo de crecer es genuino y puro, a menudo se
mezcla con otras motivaciones, entre ellas el deseo de ser amado, el
deseo de pertenecer, la necesidad de llenar nuestro vacío interior, la
creencia de que el camino espiritual nos liberará de nuestros
sufrimientos, y la ambición espiritual (el deseo de ser especiales), ser
mejor que, y ser “el elegido”.
4. Identificarse con las experiencias espirituales:
En
esta enfermedad, el ego se identifica con nuestras experiencias
espirituales y las toma como propias, y empezamos a creer que estamos
encarnando ideas que han surgido dentro de nosotros en determinados
momentos. En la mayoría de los casos, no dura indefinidamente, aunque
tiende a perdurar por largos periodos de tiempo en los que se creen
iluminados y/o que funcionan como maestros espirituales.
5. El Ego Espiritualizado:
Esta
enfermedad ocurre cuando la propia estructura de la personalidad del
ego se mezcla arraigada y profundamente en conceptos espirituales e
ideas. El resultado es una estructura del ego que es “a prueba de
balas.” Cuando el ego se espiritualiza, somos invulnerables a la ayuda,
nueva información o retroalimentación constructiva. Nos convertimos en
seres humanos impenetrables y estancamos nuestro crecimiento espiritual,
todo ello en nombre de la espiritualidad.
6. La producción en masa de los maestros espirituales:
Hay
una serie de tradiciones espirituales de moda en la actualidad que
producen personas que se creen estar a un nivel de iluminación
espiritual, o maestría, que está mucho más allá de su nivel real. Esta
enfermedad funciona como una cinta transportadora espiritual: ponte en
este resplandor, consigue aquella visión, y bam! Estás iluminado y listo
para iluminar a otros en forma similar. El problema no es que estos
profesores instruyan sino que se presentan como si hubiesen alcanzado la
maestría espiritual.
7. El orgullo espiritual:
El
orgullo espiritual se produce cuando el practicante, a través de años
de esfuerzo, en realidad ha alcanzado un cierto nivel de sabiduría y usa
ese logro para justificar el cierre a más experiencias. Una sensación
de “superioridad espiritual” es otro síntoma de esta enfermedad de
transmisión espiritual. Se manifiesta como una sutil sensación de que
“yo soy mejor que otros, más sabio, y por encima, porque yo soy
espiritual.”
8. La mente del grupo:
También
se describe como pensamiento de grupo, la mentalidad de culto, o la
enfermedad de ashram, la mente de grupo es un virus insidioso que
contiene muchos elementos de la codependencia tradicionales. Un grupo
espiritual tiene acuerdos sutiles e inconscientes con respecto a la
forma correcta de pensar, hablar, vestirse y actuar. Los individuos y
los grupos infectados con “mente de grupo” rechazan los individuos, las
actitudes y circunstancias que no se ajusten a las normas a menudo no
escritas del grupo.
9. El complejo del pueblo elegido:
Es
la creencia de que “Nuestro grupo está más evolucionado
espiritualmente, es más potente, inteligente y, en pocas palabras, mejor
que cualquier otro grupo”. Existe una importante distinción entre el
reconocimiento de que uno ha encontrado el camino correcto, el profesor
adecuado, o la comunidad correcta para sí mismos, y el haber encontrado
“al elegido”.
10. El virus mortal: “Yo He Llegado”:
Esta
enfermedad es tan potente que tiene la capacidad de ser terminal y
mortal para nuestra evolución espiritual. Esta es la creencia de que “he
llegado” al objetivo final de la senda espiritual. Nuestro progreso
espiritual termina en el punto donde se concreta esta idea en nuestra
mente, porque el momento en que comenzamos a creer que hemos llegado al
final del camino, un mayor crecimiento se detiene. “La esencia del amor
es la percepción”, de acuerdo a las enseñanzas de Marc Gafni, “por lo
tanto, la esencia del amor propio es la percepción de uno mismo. Sólo te
puedes enamorar de alguien a quien puedes ver claramente (incluido a ti
mismo). Amar es tener ojos para ver. Es sólo cuando tú puedes verte
claramente que puedes comenzar a amarte a ti mismo”. Es en el espíritu
de la enseñanza de Marc que yo creo que una parte fundamental del
aprendizaje de discernimiento en el camino espiritual es descubrir la
enfermedad del ego y auto-engaño que está en todos nosotros. Ahí es
cuando necesitamos sentido del humor y el apoyo de los verdaderos amigos
espirituales. Cuando nos enfrentamos a nuestros obstáculos para el
crecimiento espiritual, hay ocasiones en que es fácil caer en una
sensación de desesperación y disminución-y perder la confianza en el
camino. Debemos mantener la fe en nosotros mismos y en otros, con el fin
de hacer realmente una diferencia en este mundo.
fuente: Mariana Caplan, adaptado de Eyes Wide Open: El cultivo de discernimiento en el Camino (a través de ABRAZAR la VIDA de Laura FOLLETÓ)